Como hemos comentado anteriormente desde la antigüedad clásica se ha intentado la representación gráfica del espacio tridimensional en una superficie bidimensional. Tradicionalmente esta representación se hacía mediante una perspectiva intuitiva, atendiendo al aprendizaje basado en la experiencia visual del propio artista. No es hasta el Renacimiento cuando se formula un modelo matemático para dicha representación. Este modelo matemático está basado en los estudios de óptica llevados a cabo durante el clasicismo griego, basados a su vez en un modelo geométrico. El concepto más importante rescatado de estos estudios es el de pirámide o cono visual, que se forma con el vértice en el ojo del observador y cuya base está formada por el objeto observado.
La importancia de este concepto se plasma en la definición de Leon Battista Alberti (1404-1472) de la pintura en su tratado “De Pictura” de 1435. Alberti define la pintura como la “sección plana la pirámide visual”. Como vemos en este concepto tenemos tres elementos principales que van a formar parte de todos los sistemas perspectivos: El punto de vista, el plano del cuadro (plano de representación) y el objeto observado.
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Aparatos perspectográficos de Durero (arriba) y Leonardo basados en el concepto de sección plana de la pirámide visual |
Todos estos elementos son tomados por Filippo Brunelleschi (1377-1446) para la invención de su método de perspectiva, la “Construzione Legittima". Este método es descrito por su discípulo Piero della Francesca (1415-1492) en su tratado “De Prospectiva Pingendi” (1472-1475), que es considerado como el primer tratado de perspectiva.
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Construcción Legítima de Brunelleschi |